Del Este de España al Noroeste de Inglaterra y su revival a través del PC Music - on Binary

Del Este de España al Noroeste de Inglaterra y su revival a través del PC Music

Empecemos por el principio, venga. La denominación mákina nace del neologismo que se refiere a la música procedente de las máquinas que, durante los años 80, sustituyeron progresivamente a sonidos como guitarras. Estas máquinas eran, sencillamente, instrumentos nuevos en la época: sintetizadores, secuenciadores y teclados. Podemos decir que hoy en día cualquier canción, más allá de la electrónica, incorpora sonidos provenientes de estos instrumentos. 

Durante los años 80, la música electrónica creada con estas nuevas máquinas se posicionó como la nueva vanguardia, ocupando las pistas de baile de todo el mundo. Pero en realidad, la música mákina tal y como la entendemos hoy no nació hasta principios de los 90. Al contrario de lo que se piensa, la música que se pinchaba en los inicios de La Ruta no tenía nada que ver con la mákina o bakalao. Lo que se oía en las discotecas valencianas durante esos primeros años eran beats oscuros: goth rock, post-punk, British New Wave y new beat belga.

Pero cuando llegaron los 90, el gusto del público cambió. Querían más bpms, hardtrance y techno resultón, junto a voces alegres que parecían sacadas de un videojuego. A su vez, desde Inglaterra llegaron las influencias del happy hardcore, consistente en un bombo más duro y un breakbeat más corto muy influenciado por el gabber holandés. La música mákina que surgió en València del 91 al 95 era, efectivamente, un derivado de todo esto. Con la peculiaridad de que encontró un público muy fiel que hizo que se gestara una escena fuerte y se produjeran ingentes cantidades de temas considerados hoy en día amateur. Como este hit de la discoteca Espiral producido por Germán Bou.

Pero cuando llegaron los 90, el gusto del público cambió. Querían más bpms, hardtrance y techno resultón, junto a voces alegres que parecían sacadas de un videojuego.

Cuando la escena decae debido a la presión de las autoridades, Cataluña toma impulso del 96 al 99 gracias a pioneros como Nando Dixkontrol, quien había sido residente en las discotecas valencianas antes de volver a Barcelona y abrir Psicódromo, una discoteca con un concepto parecido y que sería el precedente de tantas otras en la región.

¿Pero cómo llega esta música al norte de Inglaterra, en una época donde no había ni internet? El DJ Patrick Töpping contaba a DJ Mag cómo creció escuchando mákina en Newcastle, ya que era común que DJs locales como DJ Scott bajaran a València y Barcelona a comprar vinilos que después pincharían en clubs como The New Monkey, en Sunderland, como también fue el caso del DJ y productor catalán Xavi Metralla.

De forma inusual, este género musical procedente del Este de un país mediterráneo se extiende principalmente por el noroeste de Inglaterra y Escocia hasta convertirse en el más escuchado por los bloques de vivienda social e institutos. ¿Y qué tiene de común el noroeste de Inglaterra y el Este, más allá del pescado del fish and chips? Pues una clase obrera que conectó con los bpms de la mákina, y precisamente por ello este género siempre ha estado cargado de prejuicios por la sociedad y medios. Ya sea por el origen socioeconómico de sus aficionadxs –o incluso tendencias de extrema derecha en ocasiones– la realidad es que nunca ha sido respetado por la sociedad o crítica musical, y sigue siendo mayoritariamente percibido como algo vulgar –aunque haya DJs como Héctor Oaks que lo estén poniendo de moda en los clubs de Berlín y Tbilisi en la actualidad–.

La mákina nunca ha sido respetada por la sociedad o crítica musical, y sigue siendo mayoritariamente percibido como algo vulgar.

Décadas después parece que el tiempo ha puesto las cosas en su lugar. Más allá de la mákina que suena en los clubs con buena acogida, hay nuevxs creadorxs contemporánexs que libres de los prejuicios de la época, han vuelto a revisar el género, reivindicando su herencia, revalorizándolo e intelectualizándolo. El sello británico 'PC Music' del enfant terrible AG Cook es un claro ejemplo de ello. Situándose dentro del marco del hiperpop –pero con una tendencia clara más hacia el happy hardcore o makineo– ha desarrollado y comercializado un género con un sonido particular, y una nueva ola de artistas como SOPHIE, Hannah Diamond, Rina Sawayama o Danny L Harle lo han puesto en el mapa. La peculiaridad del PC Music es su acercamiento al EDM, el trance y post-industrial, con una estética consumista inspirada en la moda Y2K de los 2000 y unas voces infantilizadas e hiper-romantizadas.

¿Y qué es el hiperpop entonces? Pues echando la vista atrás, y simplificándolo muchísimo, un género que nació en SoundCloud por gente con fotos de anime en sus perfiles y ganas de experimentar en el marco del pop. Y la vertiente americana del hiperpop se aleja considerablemente del PC Music. Su estilo es más amplio que el del colectivo, albergando variantes que van desde el glitch-core al emo-core o rap. Por ejemplo, en una canción de PC Music tendrías un coro repetitivo durante varios minutos hablando del amor.

Pero en una canción de hiperpop se convierte todo en mundano y brutalmente honesto, desde la mierda de día que has tenido a desear tener otros padres. 100 Gecs, p4rker o Gupi forman parte de esta generación de artistas que hacen música ya de por sí con mezclas inclasificables, sin embargo, tienen varios puntos en común: su amor por el auto-tune, el espacio y recursos con los que cuentan para crear música y un objetivo compartido por transcender el género.

Pero el PC Music nace en un contexto completamente diferente, y apela sin miedo a la feminidad y a la nostalgia de nuestra propia infancia mientras lo escuchamos.

Pero centrémonos en lo que atañe a las diferencias entre la mákina y el PC Music de nuevo. Que se ha creado en otra época es evidente. Más allá del estilo, es innegable el cambio de paradigma en la expresión de género. Un concepto ahora muy presente entre Gen Z's y Millennials pero del que hace treinta años ni se hablaba.

Por un lado, la mákina de los 90 y 2000s apelaba a una masculinidad que con las lentes de hoy en día podríamos denominar tóxica, con extra de picante y agresividad y donde las pistas no eran espacios seguros para lxs que se salieran de la heteronormatividad. Pero el PC Music nace en un contexto completamente diferente, y apela sin miedo a la feminidad y a la nostalgia de nuestra propia infancia mientras lo escuchamos, con un acercamiento al pop mainstream, a las comunidades digitales y a la construcción cultural binaria del género liderada por sus artistas.

¿Te puede seguir pareciendo hortera? ¡Faltaría más! ¿Pero qué hay de malo en lo estrafalario?

¿Te puede seguir pareciendo hortera? ¡Faltaría más! ¿Pero qué hay de malo en lo estrafalario? ¿Acaso no es el modus operandi de “lxs intelectuales”, inspirarse en lo vulgar y reinventarlo con un tinte nostálgico años después? Pase lo que pase con el revival de la música mákina, lo cierto es que sus máximos exponentes ya llevan un tiempo saliendo del underground para formar parte del circuito de festivales internacionales, como Hannah Diamond y AG Cook en la próxima edición del Primavera Sound 2022. ¿Deberían, quizá, lxs impulsorxs de la mákina haber sido homenajeadxs e invitadxs al circuito antes que lxs británicos? Pues seguramente. Y de todo se aprende. Y la otra pregunta evidente es, ¿significa entonces que ha comenzado el paulatino cambio del pop hacia un estilo más experimental, honesto, casero? Yo estoy convencida de que sí.